Rafael Nadal logró ser uno de los faros de los Juegos Olímpicos de París pese a no haber conseguido ninguna medalla. Verlo jugar nuevamente en Roland Garros (donde levantó el torneo 15 veces) siempre es especial para sus fanáticos más teniendo en cuenta que también lo hizo en dobles con Carlos Alcaraz en un choque de generaciones.
Independientemente de que se lo vio convencido de que podía lograr el objetivo mucho más en esa disciplina que en individuales, la Fiera entendió el contexto que lo puso como una gira de despedida de una etapa tan importante como la deportiva. De momento, no hubo precisiones al respecto de cuándo será ese evento final ni tampoco dónde, aunque está claro que se encuentra cada vez más cerca. Por lo pronto, Rafael Nadal se toma con calma su tiempo al punto de ser el encargado de hacer las compras familiares en Ibiza como se lo pudo ver en estas horas.
Los presentes en el negocio se vieron asombrados por visualizar su ídolo llevando adelante parte de esos quehaceres con total normalidad en la localidad costera de España donde tiene una de sus prioridades. Con su pequeño hijo Rafita en una edad donde aún demanda mucho a su madre, es esperable que sea el padre quien se haga cargo de las ocupaciones como pasó en este caso.
Se trató de una postal clara de lo que hoy llena más al nacido en Manacor que demostró que no siente ningún apuro por volver a la acción cuando rápidamente descartó la posibilidad de estar en el US Open que comienza la próxima semana. Por otro lado, si avisó que su intención es ser parte del equipo Europa en la nueva edición de la Laver Cup que organiza Roger Federer y que se llevará a cabo en septiembre en Berlín.
Un día especial para Rafael Nadal
El 15 de agosto no es un día más para Rafael Nadal si se tiene en cuenta que hace 20 años empezó a llenar de títulos una vitrina que está rebalsada de los mismos haciendo que su carrera sea de las mejores de la historia. Un muy joven tenista de solo 18 vencía a José Acasuso en Polonia para levantar el primero de los 92 que acumula.
Además, se iniciaba una supremacía sobre polvo de ladrillo que lo llevó a ser el dueño absoluto de una superficie en la que ganó 14 Roland Garros y 63 coronaciones en total, una verdadera bestialidad. A aquel certamen lo ganó sin ceder sets y antes de imponerse a Chucho lo hizo con Victor Hanescu, Arnaud Di Pasquale, Franco Squilari y Félix Mantilla.
