El nuevo unipersonal de Teatro Pequeño Clan, escrito y dirigido por Andrés Del Bosque e interpretado por el actor y músico, Claudio Barbas; sigue la senda de su hito teatral, Las siete vidas del Tony Caluga (1994), inspirándose en la lira popular, en el canto a lo poeta y en romances de ciego.
La peregrinación sacro – existencial de un joven aprendiz de juglar hasta que la propia Virgen de Andacollo lo bautiza como tal pellizcándole la nariz hasta enrojecerla, es lo que pone en escena El nacimiento del payaso, quese estrena el próximo jueves 10 de julio en la microsala de Centro Cultural M100.
Tomando como matriz el trabajo del Premio Nobel de Literatura, Darío Fo – quien en 1969 escribe un compendio donde reinterpreta la lectura de la biblia en clave cómica, a través de su obra Misterio bufo -, indagando en la historia del juglar del medioevo; Del Bosque ficciona la creación del payaso chileno a través de un unipersonal que combina comedia del arte, lenguaje clown, canto e instrumentos musicales.
“Me baso en la dolorosa historia del huacharaje en Chile: el huacho es el protagonista de esta historia. Este huacho que, a través de la risa, el humor, su capacidad de supervivencia y, sobre todo, el canto improvisado; va recuperando un relato consistente para su vida”, dice.

El nacimiento del payaso narra la historia de un joven que está saliendo de la niñez y entrando a la etapa de maduración que, para poder sobrevivir, se ve obligado a tomar lo ajeno.
Cuando se arrepiente y devuelve lo hurtado a través de la iglesia. no es perdonado, por el contrario, es golpeado y humillado exhibido por todo el pueblo.
Es entonces que, lleno de ira, decide convertirse en un sobre justiciero, sin importar el daño que pueda causar, lo que se vuelve aún peor y debe enfrentar el abuso institucionalizado de su madre y hermanas.
Creyendo que lo único que puede hacer es armarse y vengarse, toma contacto con su padre que le indica que ése no es su camino.
“Optar por la risastencia en vez de la resistencia armada. Ese es el origen; el nacimiento del buen humor, de la risa, de la alegría, dando vuelta aquello que podría ser una falta y convirtiéndolo en una virtud que es la condición de poder escribir y contar su propia historia”, concluye.
La interpretación es acompañada por instrumentos musicales (flauta dulce, guitarra, trompeta, acordeón, pifilka, coyoleras) y canciones que se van mezclando con el texto.
Coordenadas
10 al 27 de julio, jueves y viernes, 19.45 horas; sábados y domingos, 18.45 horas.
Duración: 60 minutos.
Microsala Centro Cultural M100 (Matucana 100, Santiago).
Entradas a la venta en ticketplus
Fotografías por Allan Urra.