Gastón Soublette, el sabio que tejió Chile con humanismo, filosofía, música y tradición: Pesar por su partida

La partida de Gastón Soublette a los 98 años

Chile despide a uno de sus intelectuales más lúcidos y entrañables. A los 98 años falleció Gastón Soublette, pensador, filósofo, musicólogo y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2023. Su deceso ocurrió en su hogar en Limache, donde vivió los últimos años de una vida dedicada al pensamiento, la enseñanza y la creación.

Soublette fue autor de una extensa obra multidisciplinaria, comprometida con el estudio de la estética, la filosofía oriental, la cultura popular chilena y la defensa del medioambiente. Nacido en Antofagasta el 29 de enero de 1927, estudió Arquitectura y Derecho antes de dedicarse por completo a la composición musical, que perfeccionó en el Conservatorio de París bajo la tutela de Nadia Boulanger y Edmond Marc.

El maestro trabajó con figuras esenciales del folclore nacional como Margot Loyola, Gabriela Pizarro, Héctor Pavez y Violeta Parra, cuyas composiciones transcribió a partitura para garantizar su conservación. “Logró otorgarle un lugar en la academia a los estudios sobre la cultura popular y tradicional chilena”, se destacó tras la entrega del Premio Nacional, que recibió por decisión unánime en agosto de 2023.

En la ocasión, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, sostuvo entonces que “Gastón Soublette es un sabio necesario en los tiempos que vivimos, un inspirador que reúne distintas disciplinas con la autoridad que pocos tienen, un hombre de paz, con gran sensibilidad para vincular culturas, religiones y cosmovisiones”.

La rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, al momento del premio, recordó la emoción compartida del jurado: “Es un momento bello hacer este regalo al país. Es un hombre con una vida recorrida de relaciones, de tanto respeto a nuestro país, a nuestras tradiciones. Pensamos que es un mensaje a los y a las jóvenes”.

Académico durante más de cuatro décadas en la Facultad de Filosofía y Estética de la Universidad Católica, también enseñó en la Universidad de Chile y en la UMCE. Publicó más de veinte libros, entre ellos Sabiduría chilena de tradición oral, La poética del acontecer, Mensajes secretos del cine y El Cristo preexistente. Su mirada crítica y espiritual se reflejaba en cada página, como también en sus columnas en medios como El Mercurio, La Época y El Diario Ilustrado.

Defensor incansable de la naturaleza, Gastón Soublette fue pionero en vincular el pensamiento ecológico con la espiritualidad, mucho antes de que la crisis climática llegara a la agenda pública. Su admiración por la cosmovisión mapuche lo llevó a promover un diálogo intercultural profundo, convirtiéndose en una figura respetada también por los pueblos originarios.

El “sabio de la tribu”, como se lo apodó en 2019, deja un legado transversal, poético y transformador. En palabras de la historiadora Sol Serrano, “las vanidades de este mundo no le interesaban tanto. Esa también es una razón por la que fue elegido: su coherencia”. Hoy, Chile pierde a un sabio. Pero su obra y su ejemplo quedan para siempre.

Un logro por la defensa de la naturaleza en Limache

El 08 de mayo de 2025,  El Observador destacaba que Gastón Soublette vivió un momento que lo llenó de sentido: la Corte Suprema falló a favor de él y de los vecinos de Limache, obligando a la Superintendencia de Medio Ambiente a pronunciarse sobre un controvertido edificio de diez pisos. No fue solo una victoria legal, fue el reconocimiento a una lucha ética por la belleza y el alma de un territorio. “Este edificio representa una aberración cultural”, denunció Soublette con la serenidad de quien ha dedicado su vida a defender lo esencial.

El fallo judicial estableció que la construcción proyectada se emplaza en una zona de transición de la Reserva Mundial de la Biósfera La Campana-Peñuelas, por lo que debió ingresar obligatoriamente al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. La sentencia anuló así una decisión anterior del Segundo Tribunal Ambiental y marcó un precedente: “Este fallo renueva nuestra esperanza de impedir un daño irreversible”, señaló el filósofo, cuyo compromiso con Limache no fue solo intelectual, sino profundamente territorial.

Para quienes lo acompañaron, esta causa fue más que una defensa legal, fue una unidad entre vecinos y vecinas; fue una declaración de amor por la ciudad que eligió como su refugio. La periodista Aulikki Pollak recordó que “la comunidad lleva años movilizada por su patrimonio”, y celebró que este resultado fuera fruto de esa perseverancia. En diciembre de 2021 ya se había logrado declarar Zona Típica la Avenida Urmeneta y el Parque Brasil, pero con este fallo de 2025 se consolidó la visión de Soublette: proteger lo que da identidad a un pueblo. Fue uno de sus últimos grandes actos públicos, y el más localmente simbólico.

“La reserva es considerada como un área de valor natural para el mundo entero, ya que dentro de ella se protege el mosaico completo de los ecosistemas de Chile mediterráneo. Estos ecosistemas, como el bosque esclerófilo, tienen cientos de especies que no existen en ninguna otra parte del mundo, y han sido fuertemente intervenidos y amenazados ya que se encuentran en la zona central de Chile donde vive la mayoría de la población”, destacaba una reciente publicación de Terram.

Uno de los últimos reconocimientos públicos

En noviembre de 2024, a sus 98 años, Gastón Soublette recibió uno de los homenajes más emotivos de su vida: el grado de “Doctor Honoris Causa” de la Universidad de Playa Ancha. Aquel día, el filósofo, musicólogo y esteta llegó a la ceremonia acompañado de estudiantes, académicos y escritores que lo aplaudieron de pie. Fue una escena conmovedora, en la que el sabio de mil caminos se mostró sorprendido y humilde. “Nunca me imaginé siquiera la posibilidad de que la palabra ‘doctor’ pudiera asociarse a mi nombre”, dijo con una sonrisa. “Yo entré a la universidad por la ventana”, confesó, desatando risas y aplausos.

La universidad justificó el reconocimiento por su valiosa obra en historia y psicología del arte, filosofía oriental y cultura popular chilena. Pero más allá de los títulos, fue homenajeado como maestro de generaciones, por su lucidez y su sentido humanista. En su discurso, Soublette también aprovechó para dejar una advertencia: “La educación no puede reducirse a la tecnología y la competitividad. Lo que no se puede omitir es al sujeto, al ser humano que aprende, que se transforma”.

Antes de cerrar la ceremonia, Soublette recibió un grabado del artista Ismael Díaz y tres bordados creados por estudiantes de diseño. Fueron regalos sencillos, pero simbólicos, que tocaron al homenajeado. Ese día, en una universidad pública frente al mar, el país volvió a agradecerle al viejo sabio por haber tejido Chile con humanismo, belleza y memoria. Fue, sin saberlo, una de sus despedidas.



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